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lunes, 21 de febrero de 2011

La epidemia de la obesidad radica en los alimentos transgénicos (28 agosto 2010)


En Estados Unidos hay un nuevo elemento que está catalogado como un verdadero "riesgo para la seguridad nacional". Se trata de la obesidad, un mal que sufre más de la mitad de la población del país.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud muestran que más del 60% de los estadounidenses sufren exceso de peso. Además, Estados Unidos es el único país entre los desarrollados, que considera oficialmente la obesidad como "un riesgo para la seguridad nacional".
Cada vez más a menudo, surgen opiniones de que la razón principal de la epidemia radica no tanto en la afición nacional a la comida rápida, sino en la calidad de los alimentos que consumen. Allí la fabricación de productos transgénicos sigue siendo legal, a diferencia de en otros países, y además emplean nuevos elementos.
La compañía Monsanto está a la vanguardia de la industria comestible en Estados Unidos y es la misma que producía el llamado ‘Agente Naranja’, mezcla de herbicidas que echaban sobre la selva durante la Guerra de Vietnam y que provocó alteraciones irreversibles en las generaciones futuras. De una manera similar, los volúmenes récord de transgénicos producidos en el país no hacen sino afectar la salud de la gente, opinan los científicos.


El verdadero impacto aún no lo pueden predecir ni los propios expertos. Según la información proporcionada por la agencia GMO Compass, el 95% del maíz americano y el 85% de la soja sufrieron modificaciones genéticas. Además las estadísticas muestran que casi el 75% de los alimentos, de alguna manera, contienen ingredientes transgénicos.

“Cuando en 1996 aparecieron organismos genéticamente modificados, un 7% de los estadounidenses padecía 3 o más enfermedades crónicas; en 9 años la cantidad alcanzó el 13%”, cuenta el investigador Jeffrey Smith. “Casos de alergia a los alimentos se duplicaron en poco tiempo, las tasas de enfermedades relacionadas con la alimentación aumentaron un 200% entre los años 1994 y 2001”, señala.
Y esta situación resulta aún más delicada cuando el blanco del ataque químico son minorías que apenas pueden defenderse por razones financieras. Por otra parte, en la actualidad, gran parte de la población no es consciente de la amenaza que les acecha día a día, ya que muchas de las bolsas y cartones llamativos de los escaparates de los supermercados ni siquiera llevan avisos sobre su contenido, que puede ser peligroso.

28 agosto 2010

FUENTE: RT Noticias

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